35 Cursa El Corte Inglés





Después de la divertida Cursa El Corte Inglés del año pasado con Alain, Jose y Donato, este año tocaba ponerse más serio para intentar bajar de los 50 minutos, algo que, por el estado de forma y los tiempos de las carreras que este año, no debería ser complicado, salvo catástrofe en la siempre complicada salida.

Los días previos hacía algo de frío con lo que no sabíamos que nos íbamos a encontrar el día de la carrera. Y lo que encontramos fue un día fantástico para correr, con sol, pero unos 10 grados a las 0830 de la mañana.

Había quedado con Fernando para rodar un poquito antes de la carrera, así que sobre las 0800 llegué al Arc de Triomf, dónde iba a dejar el coche, un poco alejado del bullicio, pero a la distancia perfecta para hacer un suave rodaje hasta la zona de salida.

Al salir de tomar el cafecito que siempre me sienta tan bien, ya estaba Fernando estirando un poquito. Charlamos, nos fuimos al coche a dejar la ropa que nos sobraba y ya con la indumentaria runner nos pusimos a rodar un poco por el paseo Lluis Companys para luego dirigirnos tranquilamente a la zona de salida. Una salida organizada por cajones para los 8700 corredores con chip. El resto hasta 72000 saldrían desde la Plaça Catalunya. Esta popular y particular carrera es, para mi gusto, la peor de todo el circuito, pero como puntúa (y además triple) tanto para la Lliga Championchip, como para la Challenge BCN10K, pues es de obligatorio cumplimiento. No me gusta por dos motivos. Uno es la gran aglomeración de gente que hay en esta carrera. En teoría hay sitio para todos, para los que queremos correr, para los que quieren iniciarse, para los que quieren pasear, para los que van de cachondeo. Sinceramente es un gran día de fiesta. Lo que no puede ser es que la gente que va a pasear o de cachondeo se meta en el medio de la carrera una vez desaparecen las vallas de los cajones. Es un peligro para todos. Para nosotros que vamos a una velocidad suficiente como para pegarnos un buen piño y para ellos que lo más probable es que se lleven empujones y codazos cuando pasamos. Pues año tras año la salida es un verdadero caos. Eso sí una vez pasado el primer kilómetro ya estamos cada uno en su sitio. Pero antes de llegar a este punto y comenzar con la crónica de la carrera en si, mencionar que, una vez en el cajón nos encontramos con Javi, cosa que ya viene siendo habitual en las últimas carreras. La verdad es que nada más salir nos perdimos entre toda la gente y no tengo ni idea de cómo terminó. Espero que haya hecho una buena carrera.

El caos se apodera de la salida

El otro motivo por el que no es una de mis carreras favoritas es la exigencia de este circuito. La subida a Montjuic es demoledora, porque se hace en tres tramos que parecen el Dragon Khan. El primero que pasa por el Poble Espanyol es el más llevadero. Es largo, de un kilómetro más o menos pero con una pendiente aceptable. Después viene una fortísima bajada por detrás del complejo olímpico para iniciar una terrible subida de unos 500 metros que nos deja a las puertas del Estadio. Aquí viene la mejor parte de la carrera. Esa vuelta olímpica al tartán azul del Estadi que pone los pelos de punta a cualquier atleta, sólo con el recuerdo de Rebollo encendiendo el pebetero o el increíble oro de Fermín Cacho en los 1500. En fín que se hace corta para tantos momentos inolvidables de aquellas fantásticas Olimpiadas que todo el Mundo recuerda con especial cariño.

Lástima de gradas vacías. Todo un lujo poder dar una vuelta en el tartán de este Estadi

Y después de esa emotiva vuelta, la realidad se vuelve a apoderar de nosotros al salir del Estadi. Otro tremendo repecho antes de coronar el punto más alto de la carrera. Avituallamiento casi obligatorio y llega el descenso. Un descenso a tumba abierta que en el momento de la carrera no se nota, pero que al día siguiente se recuerda en forma de sobrecarga de cuádriceps. En ese momento ya sabía que iba a rebajar mi marca y que bajaría cómodamente de los 50 minutos. La salida la había hecho en 4:20, muy buen tiempo para lo complicada que es. Después dos kilómetros estabilizados a 4:10 la subida a 4:25, para luego hacer el peor kilómetro justo antes de entrar en el Estadi, 5:06. La bajada, como decía, a tumba abierta marcando los kilómetros 7 y 8 a 3:55 y 3:51. Una vez terminada la bajada por la calle Lleida, enfilamos Floridablanca en dirección a la Ronda San Antoni dónde estaba el K10. A partir de ahí 770 metros hasta la línea de meta que cubrí a un ritmo de 4:02 para cruzar la meta en 47:09 y encontrarme con Fernando que había entrado un poco antes.

Muy contento con la carrera y con la sensación de que incluso podría hacer mejor tiempo, así que el año que viene despejaré la duda.

Feliz después de la carrera

Y con esta prueba abandono el fondo hasta Octubre para dedicarme al medio fondo con las diversas carreras de 10K que me darán el punto de velocidad que necesitaré en Noviembre en la Maratón de Valencia.

Las estadísticas las podéis ver en GARMIN y la clasificación de la Lliga después de esta carrera queda como sigue:





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