El 9 de Abril del 2017 se celebraba el Go St. Louis Marathon en la ciudad de St. Louis, Missouri. Para mi era cita obligada ya que en dicha ciudad se celebraron los terceros Juegos Olímpicos de la era moderna en 1904, aprovechando la famosa Exposición Universal que se celebraba ese año. Sería mi 8ª Maratón dentro de mi particular reto olímpico.
Dichos Juegos se celebraron en Francis Field, un pequeño estadio que ahora pertenece a la Washington Univeristy de St. Louis, una de las tres universidades que tiene la ciudad.
El Maratón de aquellos Juegos fue un evento esperpéntico según las informaciones que se pueden recopilar en la red. De hecho los Juegos en sí fueron un cúmulo de despropósitos con sólo 651 atletas y únicamente 4 mujeres. Duraron la friolera de ¡4 meses! Fueron los primeros en los que se entregaron las tradicionales medallas de oro, plata y bronce, tradición que perdura hasta el momento.
Los Juegos estaban envueltos en un halo de racismo extremo, al punto de que en dos jornadas se celebraban los 'Juegos Antropológicos' destinados a razas supuestamente inferiores o a 'seres primitivos', incluyendo negros e indios.
Francis Field 1904
Francis Field 2017
Y volviendo al Maratón, el bochorno fue total. 32 atletas de 4 nacionalidades de los que sólo pudieron terminar 14. En vez de comenzar por la mañana como se suele hacer hoy en día, se celebró por la tarde a 32 grados y por carreteras polvorientas en las que a la par se celebraba una carrera de coches con el consiguiente levantamiento de polvo que tenían que respirar los corredores. Y para los que se quejan de los avituallamientos actuales, en aquel Maratón sólo había ¡uno! En el km 17 un pozo de agua.
Salida Maratón Olímpico 1904
En cuanto a la carrera en sí, el despropósito fue mayúsculo, empezando por el ganador, Fred Lorz que, después de caerse en el km 14, se subió a un coche, saludando a la gente y bajándose unos kilómetros antes de la meta, debido a una avería, para continuar corriendo y entrar como vencedor. Evidentemente, más tarde fue descalificado.
Fred Lorz
Pero no acaba ahí el tema. El ganador real después de la descalificación de Lorz, fue el inglés Thomas Hicks el cual a 15K de la meta, se encontraba desfallecido y al que 'reanimaron' con sulfato de estricnina con Brandy (ríete del Powerade!!) que se utilizaba para matar ratones, pero que en pequeñas dosis, actuaba como estimulante.
Thomas Hicks
Y por si fuera poco, todavía queda la historia de Félix 'Andarín' Carbajal un cartero cubano que había reunido el dinero para poder ir a los Juegos pero que se lo gastó todo en el juego en New Orleans teniendo que realizar el recorrido hasta St. Louis a pie con con gente que lo recogía. Llegó 4º corriendo con pantalones (recortados) y con los zapatos que usaba a diario como cartero. Cuando lideraba la carrera y después de 24 horas sin haber comido nada, se para en un campo a comer una manzana que se le indigesta y que hace que se tumbe un rato a descansar. De no haber sido por eso, podría haber sido perfectamente el ganador.
Félix 'Andarín' Carbajal
En fin, la curiosa historia de unos Juegos Olímpicos lamentables.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces y ahora en St. Louis se celebra un maratón que podría decir de los más duros que he corrido, con muchas cuestas, no demasiado empinadas, pero larguísimas.
Quizás haciendo homenaje a aquel Maratón de los JJOO de 1904, mi aventura también fue un poco 'curiosa'. Venía de una lesión del gemelo que me tuvo parado mes y medio, pudiendo únicamente entrenar las tres semanas previas al Maratón, una de las cuales tuve que hacer un viaje de trabajo en el que apenas salí a rodar. No contento con eso, a dos días del viaje agarro un catarro tremendo con mucho moco que me dejó bastante debilitado. Y por si fuera poco, al llegar el viernes a Toronto, pierdo el enlace con St. Louis y me tengo que quedar a dormir allí, levantándome a las 0400 para coger el primer vuelo a St. Louis del sábado. Así que la noche que se supone hay que descansar bien, únicamente dormí unas 4 horas.
Brindando desde el HRC de Toronto
Toronto Tower
Con todo, el sábado llego a St. Louis alrededor de las 1000. Lo primero, como siempre, comprar el bono de transporte público. St. Louis es una ciudad relativamente pequeña con unos 350.000 habitantes, aunque su área metropolitana engloba a más de 2.600.000. El transporte más cómodo para moverse por la ciudad es el MetroLink que tiene únicamente dos líneas, la azul y la roja que transcurren de Este a Oeste. El bono semanal cuesta $27.00 y con él te puedes mover libremente por la ciudad tanto en el Metro como en los autobuses urbanos.
Recién llegado a St. Louis
En este viaje decidí dejar a un lado los tradicionales hoteles y utilizar por primera vez Airbnb con lo que el ahorro era sustancial y además le daba un punto de aventura al viaje. Había elegido una casa a medio camino entre el aeropuerto y el centro de la ciudad en un barrio residencial y cerca de una parada de Metro para poder desplazarme con comodidad. La elección fue muy acertada. La casa estupenda, Dough, el dueño, un chico muy majo y realmente estuve muy cómodo durante los 4 días que pasé en St. Louis.
Una vez instalado, me fui a buscar el dorsal al Chaifetz Arena, el pabellón dónde juega el equipo de la NCAA de la Universidad de St. Louis. Todo muy bien organizado. Nos habían enviado al móvil un código QR que escaneaban para conseguir la etiqueta con tu nombre que pegaban al dorsal. No había nada de cola y luego la feria se celebraba en la pista del pabellón, con lo que no era excesivamente grande. Tampoco vi nada interesante que me llamase la atención. Era una feria bastante modesta.
Chaifetz Arena
Feria del Corredor
Y al salir, cometí un error que pagaría al día siguiente. Me fui caminando tranquilamente hasta el centro para ver un poco la ciudad, su famoso Getaway Arch y comer. Puse el reloj en modo caminar, para controlar los km que realizaría y al final del día salieron.. ¡18K! Una locura. No parecía que había hecho tanto, pero claro, te pones a caminar y se te va de las manos. Pero bueno, pude ver el precioso edificio de los antiguos Juzgados, Union Station (en obras), Scottrade Center, el Getaway Arch, Delmar Loop, dónde está la estatua del recientemente fallecido Chuck Berryy el nuevo paseo pegado al Mississippi en el que estaban las líneas de salida y meta del Maratón. Al final llegué a casa sobre las 2000h bastante más cansado de lo que debiera el día antes de la carrera.
El Domingo tocaba madrugar. La carrera era a las 0700, hora habitual en los Maratones de Estados Unidos así que el despertador estaba programado para las 0400. Como ya comenté muchas veces, mi cuerpo normalmente se encuentra en condiciones óptimas para correr unas tres horas después de despertarme. Así que con tranquilidad me visto, desayuno un platano y una magdalena que me había comprado el día anterior y de camino al Maratón me tomo una barrita energética.
Arco de salida
Llego con tiempo suficiente para poder hacer la última visita al señor Roca antes de la carrera, estirar bien, hacer unas fotos en la zona de salida y dejar la bolsa en el ropero que, por cierto, estaba perfectamente planificado. Sonaba el Born to Run de Bruce y poco a poco iba amaneciendo a la par que se llenaba la zona de corredores. La temperatura era muy buena aunque más calurosa de lo que me imaginaba. Debía haber unos 12 grados a las 0600 y la previsión era llegar a los 20-22 a eso de las 1100.
El ambiente era muy bueno. Eramos unos 15000 corredores divididos en varias carreras, sin contar los casi 10000 de un 5K que se celebraba el sábado. Había un 7K, Medio Maratón, Maratón por Relevos y el propio maratón que no tenía más de 2000 participantes. Me había tocado el cajón B, con lo que saldría bastante limpio. En esta ocasión no me importaba demasiado porque la idea exclusivamente era la de terminar. Quería hacerlo un poquito por debajo de 4h pero era algo que tampoco me obsesionaba. Además tenía la intención de, por primera vez, grabar durante la carrera con la cámara GoPro de mi mujer.
Un poco antes de las 0700 silencio absoluto para escuchar el himno americano y a las 0700 en punto, a ritmo de Michael Jackson, dan la primera salida. Cada cajón lo separaban con un intervalo de un minuto para que todo fuese fluido. Y así fue. Muy limpia y tanquila y a los 200 metros, giro a la izquierda y tremenda subida para llegar a la altura del primer puente que tendríamos que atravesar, el MLK (Martin Luther King) que nos llevaría al estado de Illinois por el que correríamos unos 4K aproximadamente. Al final del puente, declaración de intenciones de lo que iba a ser la carrera: el primer tobogán. Giramos a la derecha y más o menos a los 3K de carrera, como diría mi amigo Arcadi Alibés, me paro a hacer el primer 'riuret', mientras unos chicos pasan con un altavoz a todo volumen con el Bohemian Raphsody de Queen.
Saliendo de la fábrica de Budweiser
Paso por delante de los antiguos Juzgados
Enfilamos el Eads Bridge que nos llevaría de vuelta al estado de Missouri y desde el que podíamos disfrutar de una vista panorámica espectacular de la ciudad. Era el km 5 y mi tiempo estaba dentro de la previsión 26'33". La idea era hacer los parciales de 5K alrededor de los 27' que es un ritmo de 5'20".
Entramos en la ciudad en dónde ya pudimos sentir el calor del público y dónde se separaban los corredores de los 7K, para pasar por delante el Busch Stadium, el estadio de beisbol de los St. Louis Cardinals, segundo equipo de la MLB con más títulos (11) después de los NY Yankees (27), y dónde horas después iría a ver un partido en directo. La gente animaba y se sorprendía al ver mi nombre en el dorsal. No les cuadraba mucho lo de Jesús :)
Dejando atrás el centro no s dirigíamos a la fábrica Anheuser-Busch, más conocida como Budweiser, desde dónde se elabora toda la cerveza que más tarde se distribuye a nivel mundial. Era poco después del km 10 que paso en 53'21, con un parcial de 5K en 26'48" casi igual al anterior. A pesar de que seguía en tiempo, las sensaciones no eran del todo buenas y aún quedaba un mundo. A los continuos toboganes había que añadirle el viento que soplaba de forma continuada en las largas rectas, sobre todo las que estaban orientadas al suroeste, o sea, el Garbí del que tanto hablo en mis entrenamientos. Pasamos la fábrica Budweiser en la que estaba situada la milla 7 y seguíamos con los toboganes. Sonaba el Blurred Lines de Robin Thicke y yo seguía a mi ritmo. Los kilómetros seguían cayendo y eso era bueno. Después de una larga bajada, en la milla 10 nos separamos de los corredores de la Media Maratón, para enfilar una larguísima recta en pendiente que nos dejaría cerca de Tower Groove Park y el Jardín Botánico dónde estaba situado el Medio Maratón. Lo paso en 1h55m, todavía dentro de lo previsto, pero con las piernas ya pidiendo tregua.
Pasando al lado del Jardín Botánico
Empezaba el sufrimiento
Sólo 5 kilómetros después y tras retrasar la agonía todo lo que pude, tocó la primera caminata, aprovechando que teníamos que subir un nuevo puente para librar la I64, salida Este de la ciudad. Ahí se confirmaban mis temores, que el Maratón se me iba a hacer muy largo. En el video que grabé en ese momento, prácticamente clavo el pronóstico de la segunda parte en la que me imaginaba se me iría el crono algo más allá de las 2h15m, 20 minutos más que la primera. A partir de ahí, empezó otra carrera que consistía en terminar lo más decentemente posible y no irme mucho más allá de las 4h15m. Entramos en Forrest Park, el gigantesco parque de la ciudad que, como cualquier parque grande, es raro que sea plano. Más toboganes que se prolongaron incluso al salir del mismo, repitiendo parte del circuito entre las millas 20 y 21 en dónde, después de escuchar el Don't Stop Believing de Journey, encarábamos dos millas más (3.2K) de larga recta en la que ya se empezaba a notar el sol y el calor y desde la cual ya divisábamos a lo lejos el famoso Getaway Arch dónde estaba situada la línea de meta. Giro a la derecha en la milla 23 y de nuevo a pasar por encima de la autopista I64 con su consiguiente subida y bajada. Seguíamos con los toboganes y a partir de ese momento formé un pequeño grupo con un chino y un indú que iban igual de mal que yo. Ibamos tirando los unos de los otros en plan ciclistas haciendo relevos y poco a poco nos fuimos comiendo las 3 millas que quedaban para la meta. Antes de la larguísima recta de meta, una bajada en pendiente del.... Bueno, no sé... del 12% como mínimo aunque parecía del 45%. Cojonuda para los cuádriceps que ya venían poco finos. Eso sí, en la recta de meta ya se me fueron todos los dolores al ver que en breve la medalla número 16 estaría colgada de mi cuello.
Felicidad inmensa!!
Mordiendo la #16
Beso para mis dos amores
La verdad es que fue un Maratón muy duro que no me esperaba. No había Elite, pero para que os hagáis una idea, el ganador hizo 2h32m muy lejos de los habituales 2h10m con los que se suelen ganar los maratones más discretos (ya no hablo de los Top) Y para que veáis lo que se siente corriendo un Maratón, aquí os dejo el vídeo de la carrera. Sí, ese cuadradito que se ve en el bolsillo del pantalón es una cámara tipo GoPro con la que grabé algunos momentos de la carrera. Espero que los disfrutéis
La organización muy bien. No había problemas ni para entregar, ni mucho menos para recoger la bolsa. Los avituallamientos sin ningún problema y en abundancia. La web decía que había 17, pero yo creo que había más. Todos con agua y Gatorade en vasos de cartón que facilitan mucho el beber sin disminuir el ritmo. La salida muy bien organizada con cajones y las millas con banderolas altas bien visibles. El avituallamiento de meta un verdadero festival, fruta, helados, patatas fritas, agua, bebida energética.... Y el post-maratón, espectacular en un gran parque al lado del arco con cerveza y un escenario con música en vivo. En fin, un Maratón modesto, con una organización ejemplar. Mención especial para los voluntarios, que eran unos 2000, así que nos tocaba a más de uno por cada corredor de Maratón. No paraban de animar y apoyarte cuando te veían sufrir. Espectacular!!! Después de recoger el dorsal, me marché a casa a ducharme rápidamente para irme pitando a ver el partido de beisbol entre los St. Louis Cardinals y los Reds de Cincinatti. Llego ya con el partido empezado y no me dejan entrar con mi mochila, así que vuelta a casa (1 hora entre ir y volver) y, como los partidos de beisbol son eternos, todavía pude ver las 4 últimas entradas, casi hora y media. Por cierto, paliza que le metieron los Reds a los Cardinals (0-8). Después paseo, comida-merienda-cena y a casa a descansar. Estaba tan agotado que me metí en cama a las 1930 y me quedé dormido al instante hasta las 0700 del día siguiente!
Busch Stadium
St. Louis Cardinals vs Cincinatti Reds
El lunes tocaba terminar de visitar la ciudad sobre todo para activar las piernas después del esfuerzo del Maratón. Lo primero que hice fue ir al actual Francis Field dónde se habían celebrado las Olimpiadas de 1904. El día no estaba para bromas y me cayó una buena tromba de agua. Menos mal que estaba en el Campus Universitario y me pude resguardar. Cuando paró, paseo, largo paseo, por Forrest Park para acercarme hasta el Museo de Arte dónde está la figura de Luis IX, personaje histórico que le da nombre a la ciudad.
Washington University St. Louis
Forrest Park
De ahí, visita al Zoo de la ciudad que está considerado como el mejor Zoo gratuito de Estados Unidos. La verdad es que no soy muy fan de los Zoos por aquello de que pienso que los animales deben estar en libertad en su hábitat, pero ya que era gratuito, me apetecía dar un paseo por allí. Mi última parada en Forrest Park fue en el St. Louis Science Center que incluye el Museo de la Ciencia y el Planetarium. Desgraciadamente llegué casi cuando iban a cerrar pero me dio tiempo a echar un vistazo y realmente tenían muy buena pinta. Sería una buena opción para pasar el día en caso de lluvia, por ejemplo.
Planetarium
Science Center
Luego, Metro hasta el centro y visita al Ballpark Village de los Cardinals un espacio gastronómico con bares dónde los aficionados se reúnen los días de partido. Realmente espectacular con pantallas gigantes para seguir el partido y los otros que se disputen a la vez. De ahí a casa y al día siguiente vuelta a Castelldefels vía Newark.
Ballpark Village
Ballpark Village
La experiencia ha sido realmente buena a pesar del sufrimiento del Maratón. La cuidad, sin ser ninguna maravilla tiene cosas bonitas y aunque no sea un destino que elegiría para ir de vacaciones, una vez allí, pienso que hay que aprovechar el tiempo y sacar lo máximo que se pueda de ella. Bueno, de St. Louis y de cualquier otra ciudad que se visite, sea por el motivo que sea. Me quedo con el impresionante Getaway Arch y con el no menos impresionante, por sus dimensiones, Forrest Park. En el tema deportivo, muy contento por haber completado mi 16º Maratón y por haber sumado un nuevo Maratón Olímpico (bueno, en una ciudad olímpica para ser más exactos), el número 8. Ya sólo me quedan 15. Como curiosidad, decir que a pesar del mal crono final, fui el primer europeo (posiblemente el único :)) y el segundo no americano después de un canadiense. Lo mismo hasta había premio y no me enteré :) Y en el tema personal, no me cansaré de darles las gracias a mis dos niñas a las que quiero con locura y que me dan la fuerza para seguir con estos retos. Gracias por estar siempre ahí, por apoyarme y por vuestra paciencia con mis entrenamientos y con el tiempo que paso escribiendo crónicas y subiendo fotos. Os adoro!!! Fotos, fotos y más fotos en GOOGLE FOTOS y las estadísticas completas en GARMIN CONNECT.
Parciales oficiales
La próxima cita dependerá de si me seleccionan en Junio para correr el Marathon du Medoc en Burdeos que transcurre por los Chateaux y en el que se sirve vino en los avituallamientos, acompañado de queso, jamón, churrasco y en el que el 90% de la gente corre disfrazo..... Un festival!!!
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